¿Cómo han ido estos días de permiso? Espero que hayan podido descansar muy bien.
Hoy os traigo el informe sobre un enfrentamiento entre Ghazghkull Thraka y un gran batallón de fuerza de combate de Cadia.
Las dos fuerzas de combate contaban con un número de efectivos hasta 3000 puntos.
Las tropas desplegadas inundaban todo el campo de batalla, como se puede observar en las imagines tomadas.
Las fuerzas del emperador se desplegaron en el campo de batalla con la misión de hacer frente a la tremenda horda de pieles verdes que osaba enfrentarse a los seguidores del emperador.
La batalla prometia ser dura e implacable, los orkos contaban con la presencia de su máximo kaudillo, así que se dirigían al combate bien liderados y motivados. Cosa que las fuerzas del imperio no tardaron en observar, ya que solo iban a contar con una pequeña oportunidad antes de que el jefe orko diera el grito de guerra, y con este la descerebrada horda avanzara de forma implacable.
Como fue de esperar el ejército cadiano tomó la iniciativa y comenzó a situar a sus tropas para poder abrir fuego y así comenzar a reducir el número de pieles verde.
Aunque el terreno era un factor a tener en cuenta, pues supuso un gran obstáculo para el avance de los Orkos, estos cuando comenzaron a oir los gritos que indicaban que su general había comenzado un ¡WAAAGH!, fueron avanzando más rápido olvidándose de usar sus armas de disparo, al menos la gran mayoría de ellos, para poder llegar antes a aplastar la cabeza de sus rivales.
Aunque los primeros disparos del ejército cadiano hiciesen mella en uno de los costados, la cantidad de efectivos era tal (se podían contar alrededor de 200 unidades de infantería), que prácticamente pasaron desapercibidos. El resto de la horda seguía con su objetivo bien grabado en su mente, "Aplaztar a ezoz kanijos humanos".
El ejército imperial contó con la ayuda extra de un general bastante acertado, pues optó por llevarse consigo un maestro artillero que iría ordenando continuos disparos orbitales, y a su vez el propio señor de la guerra ordenó que se hiciera un ataque adicional, cuando este diese la orden.
Aunque contaba con la poderosa candencia de fuego de sus temidos y adorados leman russ, en esta batalla la presencia de estos imponentes carros de guerra se veía eclipsada por la estela y respeto que Ghazghkull imponía sobre sus chikoz. Asi que tras un breve periodo de tiempo, el factor psicológico se quedó en algo meramente decorativo, aunque no se podía decir lo mismo del caso de los humanos, pues ver el avance implacable suponía tener unos nervios de acero.
Para la ocasión el general imperial decidió contar con la ayuda de un gran pelotón de reclutas, los cuales tenían la misión de asegurar un flanco, para poder así dejar la zona central y el otro lado a cargo de los veteranos. Y aunque estos hicieron su trabajo de forma efectiva, sin olvidar la labor del sacerdote que iba adoctrinando a las tropas y recordando las grandes gestas del salvador de la humanidad, para así manifestar el valor en sus corazones. Todo esto vino a quedar casi sin importancia al ver como 3 hordas de orkos se abalanzaron contra ellos.
La táctica orka estaba dando resultado, pronto sus unidades de meganobles y la propia dirigida por Ghazghkull no tardaron en dar fruto.
Poco a poco se iban abriendo paso entre las fuerzas imperiales, y cada vez mas la victoria se hacía presentes en sus cabezas, lo que hizo que la marea verde cogiera todavía mas fuerza, y aunque en algunos momentos los intentos de asalto fueron repelidos por las fuerzas imperiales, el gran número de orkos, poco a poco se iba haciendo patente.
Fueran por donde fueran, en el horizonte solo se podía ver pieles verdes gritando y agitando sus armas.
Finalmente, las unidades imperiales fueron siendo derrotadas, una a una, y nuevamente el gran Ghazghkull se alzó con otra victoria contra las fuerzas de la humanidad.
Espero que os haya gustado el relato y me gustaría compartir alguna curiosidad que se pudo observar en la mesa.
Como esta fantástica miniatura de las primeras ediciones.
Un saludo y mucha diversión en las mesas.
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