CAPÍTULO X - El elegido de los dioses.
Tras muchas semanas en los campos de batalla de los mundos primarios, como estaban empezando a llamarlos los soldados que allí luchaban, pues eran tierras tan básicas que parecían no haber desarrollado vida alguna. Los distintos imperios que disputan su control han hecho una gran inversión en las tropas que han sido designadas en aquellos mundos, el destino del futuro podría estar allí. Pero aunque muchos de los imperios y fuerzas que allí habían destinado fuerzas, que inicialmente partían como aliados, con el transcurso de las batallas y las disputas de terreno, el amigo era un enemigo y enemigo un amigo.
Pero los primeros en mostrar en mostrar estos síntomas fueron las fuerzas del caos, ya habían traicionado a sus hermanos, ¿Qué les iba a impedir hacerlo de nuevo?
Strex Zodius que todavía le guardaba rencor al “hermano” que había luchado con él, pues había tenido intención de ayudarle, y Dorian de los Amos de la noche, en la primera oportunidad que tuvo dejó a Strex mal herido.
Strex había estado maquinando como poder devolverle el favor a Dorian, su honor había sido mancillado y no podía permitir que otro hombre del caos le hiciera sombra, por eso urdió una forma de enfrentarse a él, se trataba de un ritual que había oído a su antiguo Señor del Caos, en el cual un Señor del caos desafiaba a otro a una lucha individual, cara a cara, y con sus fuerzas mostrando el poder del que disponían, solía hacerse preparando una arena, donde los líderes lucharían hasta la muerte o hasta que uno no pudiese mas, con la única condición de que ninguno de los hombres, daba igual que bando fuera, abriese fuego contra el Señor del caos enemigo o amigo. Así que decidió enviar un mensaje a Dorian:
“Bastardo traidor, solicito tu presencia en el círculo de sangre, sino sabes de qué se trata permíteme que te de una pequeña explicación, ni mas ni menos que un duelo entre tu y yo, un cara a cara, la última vez me pillaste ocupado y distraído, pero ahora… Será otra cosa, así que trae tu culo de cobarde a la ubicación que te enviaré y demuestra cuán poderoso, pero todos sabemos quien será el elegido por los poderes ruinosos.”
El crucero de Dorian, había recibido el mensaje, solo que no había sido Dorian quien lo escuchó, sino uno de sus hombres de confianza, un Capitán de exterminadores, que cuando Dorian se encuentra incapacitado, por la razón “X” que sea, así que esta vez le tocaba a él responder, sabía que se trataba de una decisión delicada, pero Dorian todavía estaba recuperando partes de su cuerpo, y no podían permitir que ninguna otra legión se les opusiera, eran los Amos de la noche y Dorian no había fallado todavía en ninguna de sus misiones.
Strexx ya había ordenado a sus tropas preparad el terreno, y llevaba casi 10 minutos esperando a las fuerzas de Dorian, cuando finalmente aparecieron, Strexx estaba perplejo, pues un exterminador irrumpió en la arena, no se trataba del hechicero, sino de uno de sus hombres, lo cual fue una gran ofensa para el Señor del caos, que estuvo a punto de retirarse, pero finalmente optó por enfrentarse al exterminador, ordenó que su tropas comenzarán a abrir fuego. Pero como era de esperar, los hombres de Dorian habían aprendido muchas cosas tras las innumerables batallas que habían hecho con su Señor del caos, así que optaron por enfrentarse a sus enemigo en bloque, pues no querían arriesgarse a sumar bajas, y finalmente fallar a su general.
Las explosiones no cesaban en el campo de batalla, mientras Strexx y el exterminador comenzaban su larga lucha, los cuerpos de sus compañeros comenzaban a volar o ser perforados por las balas. Mientras un diablo de la forja, iba regodeándose por el campo de batalla, los motoristas de los Amos de la noche, se dedicaban a hacer lo que mejor sabían, realizar una guerra de guerrillas, para ir diezmando al rival, por su lado un poderoso landraider comenzó su avance hasta finalmente vomitar los hombres que tenía dentro, para provocar una brecha en las fuerzas rivales.
Nuevamente la estrategia seguida por los Amos de la noche, parecía dar frutos, pues su rival parecía que había dado la orden de abarcar todo el terreno posible, así que el despliegue ordenado por el exterminador, estaba a punto de comenzar a dar el resultado esperado.
Poco a poco las fuerzas de Strexx comenzaron a verse afectadas, por el número de su rival, pues ellos se encontraban demasiado dispersos, primeramente uno de los hombres de Strexx le había comentado a su líder que se organizaran de forma más cerrada, pues iban a estar ellos solo contra todas las fuerzas rivales, y valía la pena contar con el apoyo de un compañero, aunque finalmente Strexx ordenó que actuasen de forma abierta para evitar sustos.
El combate en la arena era tremendo, el Señor del caos, comprendía que dura era la armadura de su rival, sus golpes aunque certeros no conseguían dañar al portador, mientras que mas de una vez, el exterminador, llegó a hacerle sangrar pues sus armas consiguieron traspasar su poderosa armadura, desde ese momento entendió que debía apurar mas los golpes, buscar las zonas blandas de la armadura, pero su rival no era tonto, procuraba moverse de forma que los puntos débiles no se hallasen fácilmente, lo cual demostraba que el capitán iba a resultar un rival más apropiado de lo que esperaba, pues el combate al señor del caos, se le estaba haciendo tremendamente costoso.
Por otro lado las fuerzas de Strexx, ya habían visto reducido su número de forma considerable, un grupo de marines se dirigía hacía el lado enemigo, sin tener ningún objetivo, cuando los vió Strexx, dirigiéndose hacia el lado de su rival, sin tener un enemigo enfrente, distrajo al Señor del caos, provocando que el capitán le golpease con tal fuerza, que una de sus heridas se le abriese demasiado, provocando así la huida del señor de la guerra.
Strexx había sido completamente humillado por Dorian, no solo no se había presentado al antiguo rito, sino que además le mandó un simple hombre para enfrentarse a él, el cual además acabó por ganarle el combate, Strexx ya era el hazme reír de todos los marines del caos, sus hombres ya no lo respetaban, no les infundía nada de miedo, sus tropas lo habían dejado en el campo de batalla, al ver como caía con el golpe del exterminador, para ellos no era un líder digno, mas bien era una maldición, y ningún Dios o ser consciente, les acusara de algo, para vivir con tal desdicha era preferible asumir que su general, había “muerto”.
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