miércoles, 12 de agosto de 2015

Batalla 6 - Fantasy

BATALLA VI - La batalla de la obsesión


El misterioso hombre árbol comenzó a moverse, emitió un potente rugido, y del bosque aparecieron unos elfos silvanos, juntos con más tropas.


Theodric siempre había sido reconocido por un general ejemplar, siempre mantenía la cabeza fría y sus estado de ánimo procuraba ser siempre bastante equilibrado, pero desde que comenzó a toparse con este hombre árbol todo era, muy diferente, ya que muchas veces se planteaba como podía ser que apareciera y desapareciera así.
Al verlo allí delante, desafiante y tan confiado, Theodric se juró por la dama y el mismo caballero verde, que si de esta batalla ese ser lograba salir indemne, él dejaría su cargo de general, pues ya no sería digno de ostentar tal título. Sus hombres comenzaron a marchar, sabían que debían asegurar el lago, las flechas de los silvanos no tardaron en comenzar a llover, una unidad de eternal guard, se dirigía hacia el lago para apoyar y prestar su apoyo.


Pero el hecho que más importancia tuvo fue un disparo muy acertado del general Entmanuel, pues consiguió rozar el casco de Theodric, tras recibir este impacto, el general bretoniano recobró su compostura habitual. Reconoció que este ser le estaba causando mucho daño a su integridad como general, y una mala elección haría que sus hombres perdieran la fe él, y era un factor que no podía darse.


Las batallas fueron muy intensas, tanto en los flancos, como en el centro del campo de batalla. Theodric ordenó a sus unidad de caballeros que cargaran contra el hombre árbol que tanto le afectaba, mientras dirigía a sus hombres hacía el combate, comenzó a rezar a la dama para que le protegiese y le diera las fuerzas suficientes para abatir a su enemigo.


Los combates iban cogiendo cada vez mas fuerzas, por lado los jinetes de pegaso se enfrentaban a las fuerzas de la eternal guard, que intentaban acercar sus fuerzas al combate central, en el cual los hombres árboles intentaban acabar con la fuerza principal bretoniana, incluso los arbóreos llegaron a apoyar el combate, aunque sin un gran éxito, pues Theodric y sus caballeros parecían no conocer el miedo, ni el temor a la derrota, pues incluso con los tremendo golpes que los hombres árboles les iban asestando, ellos seguían luchando contra su rival como si no conocieran otro forma de vida.


Finalmente ambos contingentes estaban trabados todos en combate, llegado a este punto, las flechas del ejército silvano, perdieron todo su poder, pues los generales no iban a arriesgar las vidas de sus hombres, por lo que Entmanuel, confiando en la fuerzas y destreza de sus hombres observó el combate, esperando un final positivo para sus fuerzas, pero la fe ciega de las tropas bretonianas, les hacía un rival difícil de abatir.


Tras largas horas de combate, ambos generales llegaron a la conclusión de que esta batalla solo podía acabar de dos formas, con el exterminio mutuo o con una retirada mutua, era más importante preservar las pocas fuerzas de las que disponían. Aunque antes de llegar a este punto, Theodric, pudo abatir al hombre árbol que tanto ansiaba vencer, y así poder vengar las muertes de sus hombres.


Aunque ambos generales reconocieron que este enfrentamiento había marcado unas tablas, uno de ellos pudo sentir el placer de una victoria, aunque fuese moral.


Antes de marchar hacia su campamento, Theodric, decidió quedarse un poco mas delante de aquel que había sido su obsesión, desde el inicio de la campaña. No pudo evitar colocar su mano desnuda en el cuerpo del hombre árbol, todavía podía notar como una energía brotaba desde su interior, hasta el punto de que una pequeña descarga llegó a recorrerle todo el cuerpo. Quería guardar un recuerdo de aquel enfrentamiento, pues para él había sido algo mas que una simple batalla, había sido una lección, pues le sirvió de lección, pudo aprender que hasta el general más tranquilo del mundo puede llegar a mostrar nerviosismo e incluso obsesión, de forma consciente o inconsciente. Quería guardar una recuerdo de aquel enfrentamiento, pero no como algo exclusivo para demostrarse su triunfo, sino mas bien para recordar a todos aquellos que habían caído e incluso recordarse a si mismo, su momento de debilidad.


Contemplaba una y otra vez la poderosa criatura abatida, tras un rato pudo observar como alguna de las raíces que brotaban de aquella criatura continuaban buscando signos de vida, observó cómo algunos de los pequeños insectos que tenían la mala suerte de merodear por las cercanías del monstruo.


Theodric observando el comportamiento de estas, comprendió como podía ser su obsequio de recuerdo, volvió a blandir su poderosa hacha y dirigiéndose hacía una de las extremidades del monstruo, levantó su poderosa hacha y murmurando una oración a la dama, golpeó con tremenda fuerza al monstruo, cercenando así la extremidad…


Entmanuel se encontraba en los alrededores, impactado por la imagen que acababa de observar, no sabía qué hacer… Tenía al general rival a tiro de flecha, pero la aberrante imagen que observó, le dejó petrificado.


Cuando Theodric llegó a su campamento arrastrando la extremidad del monstruo, todos sus hombres se quedaron un poco impactados, jamás hubieran imaginado a su señor haciendo algo así… Se apresuró en llegar hasta donde el herrero se encontraba, le llamó para que saliera, cuando este salió de su puesto, contempló al general, no entendía porque su general llegaba con lo que parecía un brazo de madera…


Antes de que el herrero preguntase nada, el señor bretoniano le dijo:


Debéis crear con esta madera la mejor de las lanzas, pues esta madera ha costado la vida de muchos hombres valientes y buenos que habían dedicado su vida a la dama. Así que en su memoria, deberá hacer la  mejor lanza que jamás haya creado, Maestro.”


El herrero quedó perplejo, pero comprendía la demanda de su general, así que no vaciló y comenzó con la tarea encomendada.


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