miércoles, 12 de agosto de 2015

Capítulo 12 - Fantasy

Capítulo 12 - Una última oportunidad


Reaper andaba ya descentrado, no conseguía mantener nunca su coherencia, lo que le pasaba no paraba de tirar de su mente, e intentar dominarlo, pero la voluntad del vampiro era demasiado fuerte, aunque hasta los mas grandes guerreros podían caer, eso era que siempre había tenido en mente.


Krolack continuaba experimentando con la sangre del demonio, continuaba probando con qué mezcla de ingredientes, mágicos y comunes, podía lograr revertir el proceso. Pero no había nada que pudiera pararlo, su esencia mágica cada vez se volvía más intensa e inestable, solo era cuestión de tiempo que colapse o explotara, debido al exceso de energía.


De todas formas había ataviado a Reaper con muchos encantamientos y conjuros, cuya única función era drenar le la esencia mágica sobrante, vertiendolo contra sus secuaces más cercanos, para así imbuir más fuerza en ellos.


Reaper trataba de mantener la calma de sus hombres, procurando mostrarse en sus momentos más lúcidos por el campamento, pero toda salida solía tener alguna víctima, siempre solían ser sus zombis o algún guerrero esqueleto, eran criaturas tan simples que no conocían nada de emociones, en cambio, todos aquellos guerreros que eran más fieros, si que disponían de una cierta “inteligencia” para captar el estado de su amo, y apartarse lo suficiente para no convertirse en víctima.


Finalmente Krolack pensó y recapituló, lo que parecía poseer a su general no era algo normal, pues no reaccionaba con nada relacionado con la nigromancia, más bien lo rechazaba o al menos no parecía hacerle efecto, así que debía probar con una nueva línea de investigación… Sin demorarse salió del campamento, y comenzó a buscar a algún ser vivo, tenía que probar una última acción.


Tras muchas horas, logró encontrar un roedor, el cual preparó para hacer la prueba, después de asegurar la zona con unos círculos de poder, tanto de protección como de contención, dispuso a la alimaña encima de la mesa, cogiendo una de las agujas que tenía mas a mano, infectó al animal, como esperaba la reacción fue intensa, el animal con la primera convulsión, quedó prácticamente muerto, se apresuró en inyectar la sangre del monstruo, era lo última que le quedaba por hacer, la reacción tardó más en llegar, pero enseguida el animal comenzó a temblar y rodar por el suelo, lo hacía de forma inconsciente, pues tras ser infectado había perdido la consciencia tras la primera sacudida.


En cuestión de minutos la reacción se hizo visible, el rato había comenzado a evaporar un humo negro, que brotaba de todo su cuerpo, pero finalmente el animal, no pudo contener tal intensidad, que terminó ardiendo vivo.


Finalmente había encontrado la forma de curar, o al menos una posibilidad de remediar aquello que le pasaba a su amigo. Ahora tan solo quedaba encontrar algo con una fuente de vida tan intensa, que entre la resistencia de Reaper y la vida de ese ser, saturar la magia que amenazaba la vida de Reaper.


Ahora solo quedaba intentar encontrar ese ser, pero una pregunta le asaltaba ¿Por donde empezar?


Rápidamente Krolack comprendió que solo podía ir a un sitio, o al menos sabía a quién buscar, los elfos silvanos, siempre habían protegida la vida del Viejo mundo a costa de las suyas propias, así que no sería de extrañar que se encontraran cerca de los lugares con más vida de toda la Nueva Lustria.


Las fuerzas No muertas se situaron delante de las fronteras silvanas, sabían que nada más poner un pie, los elfos les estarían esperando al final, y así fue.

Nada más llegaron al campamento silvano, pudieron observar todas sus fuerzas, bien formadas, bloqueando las rutas de acceso a su interior, no sabían donde debían focalizar su ataque, pues todo el campamento parecía estar asentado igual, luego no sabían que parte era la más “viva”.


Las flechas comenzaron a elevar su vuelo, algunos elfos todavía mantenían la flecha en la punta de sus dedos, el frío carácter de los elfos, no permitía a sus rivales adivinar si se sentían amenazados o no. Conforme la primera tanda de flechas comenzó a impactar en los cuerpo de los no muertos, la otra ya estaba a medio camino, daba la sensación de que esta batalla ya la habían realizado demasiadas veces, los elfos se mostraron impasibles, sus disparos delataban un exceso de acierto fuera de lo normal, incluso para ellos.


Los No muertos avanzaban con una marea de cadáveres, bañados por la luz lunar, provocando así que toda la sangre que brotaba o se mostraba seca, cogiera una tonalidad tan oscura, que daba la sensación de que fuese de color negra, dándoles un aspecto mucho más terrorífico de lo normal.


Los combates tardaron en llegar, pero finalmente, uno de los blancos no pudo frenar el avance, las fuerzas chocaron, los elfos luchaban como podían, usaban sus flechas, sus dagas, hasta alguna rama que había caído al suelo.


Los zombis mordían e infectaban a los elfos, la caballería etérea se volvía un problema, pocas cosas parecen afectarles. Entmanuel se mantiene inmóvil en su zona, se había emplazado en lo alto de unas rocas, y desde allí, no paraba de lanzar sus flechas.


Los No muertos resultaron ser un problema grave, pero los ágiles movimientos de los elfos, se convirtieron en la mejor defensa. Krolack comenzaba a desquiciarse, el bloqueo elfo estaba dando más resultado del esperado.


Aunque las legiones empujaban y se abalanzaron sobre los elfos, el resultado fue decepcionante, algunas tropas se quedaron muy cerca, pero nada, la tenacidad elfa, no les dejaba actuar, en cuanto a Reaper… Perdió el control y la cabeza por completo, llegando incluso a matar a sus propios hombres, así que lo único que quedaba por hacer era retirarse, huir y rezar porque Reaper no se lanzara contra la base rival.


Durante la retirada de los No muertos, Reaper no cesó de rebanar zombis con su espada e incluso miembros mas importantes, Kroleck no podía permitir que perdiera el control de tal forma, así que optó por lanzarle un hechizo que mantenía inmovilizado al general, aunque tuvo que realizarlo varias veces pues parecía que el cuerpo de Reaper comenzaba a inmunizarse contra la magia.


Cuando consiguió, que el vampiro se quedara quieto, ordenó a un par de monstruos que lo llevaran volando, lo antes posible al campamento, y en especial a una tienda que el propio Kroleck había preparado.



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