miércoles, 12 de agosto de 2015

Capítulo 9 - Fantasy

Capítulo 9 - Un día de caza


Iba siendo hora de que Entmanuel comenzase a llevar algo para que pudieran estudiar sus hermanos de Lothlorien. Pues aunque estaba en aquel lugar para conseguir más terreno y proteger el árbol de la vida, no había que olvidar que el conocimiento no quita lugar, y menos tras todo lo sucedido en los distintos lugares del nuevo país.


Por su parte el general del Caos ya estaba harto de no haberse podido cobrar una víctima que valiera la pena poder colgar y exponer, como muestra de su poder…


Ambos generales acabaron por ceder ante la demandas del nuevo país, pues puede que todavía no hayan logrado la máxima dentro de aquel nuevo lugar, pero lo que sí que tenían claro era que sus habitantes, eran cualquier cosa menos “normales”, y eso que todavía no habían visto si dentro de este terrible país había algo más que animales, pero lo que la mayoría de los generales desconocía, era que esta “Nueva Lustria” como ellos la llamaban escondía secretos que muchos no podrían aceptar, o quizás sí, pero todo dependería de cada uno de ellos.


Finalmente tanto Entmanuel como el príncipe demonio partieron en busca de sus presas, uno iba con la intención de estudiar, el otro… Solo buscaba más trofeos.


Lo que no se esperaban en que acabarían llegando ambos grupos al mismo lugar. Los elfos como era de esperar, llegaron con sus arcos y un poco de apoyo de hombre arboles, por si las cosas se ponen feas. En cuanto al príncipe demonio, había tenido que mandar a sus tropas al frente, pues al intentar salir para dirigirse hacía la cazaría, una de sus heridas se le reabrió, obligándole a quedarse en el campamento y esperando que sus hombres pudiesen hacer bien el trabajo.


Las criaturas que habitan por la zona fueron huyendo de sus captores, hasta que al final llegaron a entrar en una zona que ninguno de los grupos hubiera imaginado, con todo el alboroto que habían causado, una de las criaturas que hacía mucho que no veían apareció de la profundidad  del bosque, se trataba nada más y nada menos que de un Escupemuerte, la última vez que se encontraron con este ser, el resultado fue nefasto.


Aunque como era de esperar las fuerzas del caos no dudaron en enfrentarse a esos monstruos, pues ellos mismos conocían criaturas infinitamente peores, no dudaron en lanzarse contra una jauría de perros fantasmales, por su lado, los elfos silvanos usaban las flechas de sus arqueros para debilitar la presa y así lanzar a sus hombre árbol para que los capturasen.


La sorpresa de estos grupos, comenzó, cuando el Escupemuerte se lanzaba en contra de ellos, parece que sabía que la carne de estos era mejor que la de los animales salvajes que se encontraban por la zona, es más, parecía que trabajaban en conjunto, pues ni se atrevían a acercarse al Escupemuerte, y tampoco se atacaban entre ellos.


Una vez el Escupemuerte comenzó a devorar a sus presas, su ansia asesina no paró durante todo el enfrentamiento, aunque habían valiente soldados que se enfrentaban a él, el resultado siempre era el mismo, y lo que en principio iba a ser una partida de caza para llevarse un trofeo, en el caso del caos, o una partida de estudio, en el caso de los elfos silvanos, nuevamente se convirtió en una carnicería, pues en el ejército del caos, el Escupemuerte se entretuvo pero cuando llegó a los elfos… Su ferocidad no conoció límite alguno.


Finalmente todos los soldados del caos fueron derrotados, y solo unos pocos consiguieron capturar algo para su señor. En cuanto a los elfos consiguieron capturar algún ejemplar, pero cuando se giró hacia ellos el Escupemuerte los delgados cuerpos de los elfos comenzaron a volar y sus voces no cesaban de gritar, pues el tremendo dinosaurio estaba disfrutando de la caza. Entmanuel comprendió que no podían seguir de esta forma y ordenó un rápida retirada, pues sufrir más bajas implicaba no poder ir a la guerra.

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