miércoles, 12 de agosto de 2015

Capítulo 14 - 40

Capítulo 14 - Un nuevo comienzo



El vidente eldar se encontraba en su sala, dentro de su nave, estaba intentando alejar su mente mundana, de todos los conflictos materiales, para poder conectarse con su visiones, las runas le ayudaban en este paso, la energía de sus antepasados permitía a estos seres conectar con una realidad, distinta a la percibida, se podían ver un mundo y un millar a la vez, el mismo suceso podía tener varias interpretaciones, pero solo los mas versados en estas artes, podían interpretar las señales correctamente.

El vidente canalizaba su energía hacía sus runas, y estas le respondían brillando y amplificando su poder, cuando el momento oportuno llegó, cogió las runas con sus manos y las proyectó sobre la mesa, estas desprendieron un haz de luz muy brillante, al momento el vidente se hallaba en la superficie de uno de los planetas, estaba en una especie de ciudad, el sol brillaba con mucha intensidad, hasta tal punto que el vidente debía poner su mano para tapar la luz, de repente algo le rozó la pierna, pero no pudo ver de qué se trataba. El planeta estaba rebosante de vida, pero de repente la imagen cambió, algo provocó que todo se oscureciera, se oían gritos, pero no se veía a los seres que gritaban.

El vidente trató de volver al plano material, donde se hallaba su cuerpo, pero algún tipo de fuerza lo mantenía atado a esa terrible imagen, comenzaba a murmurar viejos encantamientos, pero ninguno daba fruto. La desesperación del Vidente cada vez se hacía más presente, pero todavía su miedo no había llegado a un punto demasiado alto, aunque eso estaba a punto de cambiar, pues lo que estaba a punto de presencia cambiaría toda su perspectiva.

Una gran sombra iba tapando la ciudad, disparando sobre el paisaje y la ciudad, sus armas eran tan voraces, que todo iba siendo arrasado, cada vez que disparaba. De repente una extraña criatura se dirigía corriendo hacia él, tenía una forma similar a la de un dinosaurio, pero se movía como un humano. Cuando la extraña criatura parecía que iba a chocar con él, fue despedido hacia atrás y su cuerpo impactó con una mesa que tenía detrás. Había vuelto a su cuerpo, la imagen le había dejado traumatizado, ¿Era cierto que esos planetas habían albergado vida en algún momento? ¿Y esa extraña construcción había sido la causa de su extinción? El Vidente albergaba muchas dudas, pero sabía que el primer paso a seguir era localizar esa zona, debía de buscar en los tres planetas, pero era algo que debía hacerse.

Tardaron muchas semanas, el Vidente había dado la descripción, lo más detallada que pudo, a sus hombres y navegantes, para que el primero que lo reconociese, alertara, pero finalmente un grupo de exploradores, consiguió localizarlo, en el planeta central. Cuando llegó a tierra, y puso su pie en aquel lugar, rápidamente recordó toda la visión, pero parece ser que aquella visión, ¿fuese simplemente una mera distracción? No le pareció así al Vidente, pues debía tener algo más, aunque por ahora no lo podía entender.

Comenzó a ordenar a sus hombres que comenzasen con las labores de construcción, debían fortificar ese punto lo más rápido posible, y estos no tardaron en emplear los huesos espectrales, el Vidente les iba ayudando con sus poderes para hacer que los pilares más centrales, tuviesen una buena base y altura, para soportar todo lo que iban a colocar.

Los días transcurrían tranquilos, y las construcciones ya estaban casi listas y terminadas. Pero cuando todo parecía marchar bien, un grupo de exploradores, dió con un pequeño grupo de hermanas de batallas, que al igual que ellos, se encontraban explorando la zona, intentaron enfrentarse a ellas, pero no pudieron acabar con ellas, solo un explorador tuvo la “suerte” de salir vivo, pero sabía que esta pequeña trifulca, sería la mecha de un enfrentamiento más grande.

Cuando el grupo de hermanas volvió a su campamento, casi intacto, pues solo habían perdido una compañera, se dispusieron a informar a su general, Jenna.

Esta se encontraba en una mesa con los planos tácticos, geográficos y de posición de otros grupos imperiales. Jenna fue interrumpida, mientras se disponía a dar las órdenes de ese día, por la capitana de la escuadra que fue sorprendida por los exploradores eldar, una vez finalizaron el reporte, Jenna ordenó a sus soldados que fuesen a las zonas de despegue, pues iban a hacer una incursión a esos eldars.

Por su parte, los eldars comenzaron los más rápido posible a montar las defensas de las base, pues el Vidente tenía claro que era cuestión de tiempo que el ejército imperial llegara a sus puertas.

Y como bien intuyó el Vidente, las hermanas de batalla, tan solo tardaron un par de días en organizarse y situar sus vehículos en los alrededores. El Vidente ordenó a sus ingenieros activar los escudos de la fortaleza, que una vez activados, escondían toda la luz y no dejaban identificar bien a los objetivos, las hermanas no tardaron en abrir fuego con sus tanques, mientras sus rhinos iban avanzando por las ruinas.

Las hermanas no tardaron en comenzar a bajar de sus transportes, pues el terreno era demasiado accidentado, y los pilotos, no podían asegurar que las tropas llegasen a buen puerto si seguían embarcadas, notificaron a Jenna del suceso, y la furiosa guerrera ordenó que bajasen y comenzasen a correr, hasta su objetivo.

Conforme los artilleros disparaban, comprendieron que esa barrera hacía muy bien su papel, no lograban acertar o dañaban muy poco, por eso uno de ellos comenzó a buscar las baterías del escudo, para derribarlas lo antes posible. Comprobaba todos los alrededores, hasta que finalmente dió con lo que parecía unas construcciones bastante diferentes, la verdad es que al artillero, le sorprendió, la magnificencia de esas construcciones junto con su belleza, hacía que hubiese que plantearse dañar esas estructuras.

Cuando disparó su misil para que hiera diana en uno de los posibles generadores, el artillero, rezaba al emperador para que no fuese ningún truco de magia, de los eldars, que les hiciese perder tiempo. Cuando el misil dio en el blanco, esa penumbra que cubría a los eldars, parecía aclararse, aunque para ese entonces las fuerzas eldars ya habían emprendido el contraataque.

Los segadores siniestros hicieron blanco en las unidades de infantería, apoyados por la magia del vidente, sus disparos, eran mucho más precisos si cabe. Mientras las fuerzas eldars hacían por acabar con las fuerzas del enemigo, las hermanas seguían disparando a la estructura, aunque esta vez, comenzaron a centrarse en la pieza central que era la que parecía ser el nexo central, cuando el Vidente observó los ataques tan focalizados, en la torre central, comenzó a preparar unas runas que se encargarían de reparar los desperfectos.

Jenna observaba a sus hermanas caer, tanto los segadores siniestros, como las arañas de disformidad eran adversarios demasiado temibles, entre la rapidez de unos y la puntería de otros, escapar de los eldar era casi imposible, sin descontar los aguerridos guardianes, con su plataformas de apoyo, para asegurar mas daño. Mientras sus hermanas caían, otras intentaban materializarse, sin éxito, en la fortaleza enemiga, Jenna notó cómo algo le quemaba a la altura del estómago, estaba apunto de dar la orden de retirada, pero otra quemadura le dio en la pierna, los segadores siniestros, se habían encargado de disparar y quitar toda la escolta posible, para finalizar los disparos contra la comandante, cuando las guerreras vieron como la lluvia de disparos, acaba con toda la unidad de su líder, Jenna en el suelo observaba el daño sufrido por el fuego enemigo, y como la gran mayoría de sus valerosas guerreras yacían en el suelo, comprendió que esta base iba a ser más importante para eldars, y era un objetivo claro, para comunicar a sus aliados.




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