miércoles, 12 de agosto de 2015

Capítulo 10 - Fantasy

Capítulo 10 - En busca de una cura


Reaper notaba como el paso de los días se hacían cada vez más costosos, los sueños que al principio se mostraban claros, ahora, se mostraban extraños, confusos e incoherentes. Su cabeza cada vez mas les costaba mantener un cierto equilibrio, hasta el punto de que los hombres de más confianza de Reaper, llegaban a preocuparse más de la cuenta por su general.


Uno de los nigromantes que acompañaban al vampiro era conocido por sus metodologías poco usuales, incluso para aquellos que usaban la nigromancia. Estuvo revisando todos sus estudios, notas, apuntes e investigaciones, pero ninguna revelaba nada que pudiera ser de utilidad.


En el campamento de las fuerzas del caos el príncipe demonio, K’alet, comenzaba a recuperar las  fuerzas y ya estaba listo para recuperar el tiempo perdido.


Debía recuperar el favor de su dios, pues Khorne no tenía fama de aguantar a debiluchos, y él como su heraldo debía de dar la talla, o tarde o temprano, sufrirá la ira de su señor. Además hacía poco había estado teniendo unos sueños que le habían atormentado, se trataba siempre de la misma historia, trataba de una extraña forma que acababa por arrasar todo un territorio.


Para poder encontrar una cura al problema de su general,  Krolack, decidió extraer una muestra de su sangre y su esencia mágica, debía conocer de dónde venía el problema. Se dirigió a la tienda de su general, y comenzó a explicarle lo que pretendía hacer.
La mente del general estaba más perturbada de lo normal, pero entendía que debía de dejarse ayudar, aunque ahora todos le pareciesen más enemigos que amigos.


Con el paso de los días el estudio de Krolack no le fue concluyente, pues tanto su esencia mágica, como el cuerpo físico, estaban corrompidos. Aunque esta corrupción parecía que más que dañar el cuerpo, le estaba produciendo ciertos cambios.


Krolack llegó a su tienda y continuó con sus estudios, pues Reaper fue el único general que le dió apoyo cuando el resto de nigromantes y vampiros pretendían darle caza por todos los rumores que se conocían de él, no podía permitir que le ocurriera nada malo, era tiempo de devolver el favor a su viejo amigo, “amigo” un término que hacía mucho que no gastaba. Con el paso de las horas Krolack acabó encontrando una posible opción que podría llegar a darles una solución, no se trataba mas que de usar la sangre de un demonio, pues de todos es sabido que en general  ciertos campeones del caos son ascendidos a guerreros demoníacos e inmortales para servir a los dioses que tanto desean, y si las fuerzas del caos eran capaces de hacer estos cambios, quizás Reaper estaba pasando por algo similar.


Ordenó a unos lobos fantasmales que buscaran cualquier rastro del caos y que volvieran a avisar.


Tardaron muchos días, ahora Reaper parecía haber recuperado la cordura, pero eso solo preocupó mas a Krolack, pues si estaba siendo poseído por algún ente o ser, este era el primer indicio de que lo estaba consiguiendo.


Trató de incitar a su general a ir en dirección de las fuerzas caóticas.


Mi señor debemos partir hacia el oeste, pues mis investigaciones indican que por aquella zona podemos encontrar lo que buscamos.”


Reaper haciendo caso a su nigromante ordenó a sus fuerzas que los acompañaran hacia su objetivo, les costó más de lo esperado encontrarse con las fuerzas, Krolack no sabía cómo disimular para que su general no se diera cuenta de sus planes, pues no podía fiarse de quien dirigía ese cuerpo.


K’alet fue alertado por uno de sus hombres de una intrusión en su zona, un grupo de No muerto estaba por los alrededores,  al escuchar la noticia, no dudó ni un minuto sobre lo que tenía que hacer.


Las tropas del Caos se organizaron lo antes posibles y lideradas por su príncipe demonio partieron en busca de aquellos que se encontraban en sus dominios.


Krolack ya se estaba apunto de desesperar, cuando de repente, una gran figura surcó los cielos, se trataba nada más y nada menos que de un príncipe demonio.


Las fuerzas del Caos no esperaron ni organizarse, se lanzaron al combate con tal ansia, que su avance parecía el de un tsunami, ya que  iban arrollando con todo a su paso.


Reaper ordenó a sus hombres que avanzaran, para hacer frente a la oleada de guerreros que se les abalanzaba, el impacto fue brutal, saltaron huesos, escudos, había hombres que se quedaron empalados en las armas de los No muertos, las caballerías destrozaron las líneas enemigas, mientras los espectros iban aterrando y matando a los seres vivos.


La brutalidad del impacto y la intensidad del combate, provocaron que unas bestias del caos, huyeron provocando en su huida que muchos combates se desequilibraron, pues estas bestias embistieron contra todo aquello que era necesario para poder salir de aquel lugar.


K’alet luchaba con toda sus ansia acumulada, desde la última batalla. Tenía ganas de verter sangre en el campo de batalla. Los combates no cesaron, el poderoso demonio blandía su espada y la iba  hundiendo en los cuerpos de sus víctimas, aunque se trataba de un espectáculo aterrador, las filas No muertas no se inmutaban ante la terrorífica imagen de aquel tremendo ser.


Reaper no tardó en comenzar a dar ejemplo de cómo un vampiro puede dar miedo igualmente. Krolack al ver al tremendo ser deshacer las filas de sus creaciones, ordenó a unos caballeros espectrales que se lanzaran contra él, el ser estaba imbuido con magia,  y le sería sencillo acabar con ellos, así que optaron por dedicarse a lanzarse con toda su fuerza contra él, uno y otra vez, el tremendo demonio luchaba e intentaba matar a los espectros, pero su velocidad y agilidad, los hace un objetivo difícil, finalmente las heridas infligidas por sus armas acabaron por tumbar a la poderosa criatura, Kroleck, vió el final del combate cerca y fue acercándose hacia donde se encontraba el ser.


Cuando se encontraba cerca comenzó a murmurar unas palabras, que el exhausto monstruo no llegó a comprender, y su sangre comenzó a brillar, Kroleck sonrió se agachó y recogió la sangre.


Nuevamente las fuerzas caóticas habían perdido, y su general había caído, los hombres de K’alet comenzaban a dudar de si ese demonio, era una broma de mal gusto.


Las fuerzas del caos se dirigieron de vuelta a la base, pero esta vez algo había cambiado… Nadie fue a recoger a su “general”, esperaban que con un poco de suerte, surgiera un nuevo héroe de entre sus filas.



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